Caroline se dejaba caer de vez en cuando por los sitios que frecuentaba Vil. De hecho, no se movía de su apartamento a no ser que Vil se lo dijera. No es que dependiera completamente de él, muchos días no daba señales de vida. Frecuentaban ciertos locales que Vil dirigía, no tenían mucho éxito entre los forasteros, pero sí entre los de su panda. Sinceramente, Caroline no conocía a "su panda", y conocerla no iba a ser su prioridad. Aquí me tienes, un mensaje de texto de Vil iluminó la pantalla del móvil de Caroline. Ella suspiró. ¿No podía estar un día sin recibir un mensaje suyo? No es que la importara, pero tenía otras prioridades... Has tardado en enviarme algo, ¿eh?, contestó Caroline. Vil hizo caso omiso del mensaje y contestó con otro: Te estoy esperando, cariño. Días antes, Vil la había besado, un simple beso que para Vil significó mucho, Caroline siguió su vida normal, eso no la detenía ni la aceleraba. Sigue esperando, tardaré un poco. Caroline guardó el móvil en el bolsillo izquierdo de su pantalón ajustado y echó a andar hacia la puerta. No perdía nada por quedarse aislada otra vez de la panda de Vil, ¿no?
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